El truco de la pelotita
Buenas, personas (a estas alturas ya considero que sólo entran en este blog personas, buenas personas, se entiende). Ayer me ha pasado un detalle en la cola del súper que me ha dado mucho que pensar en el salto generacional. Me explico: Estaba en la cola, esperando, con el carrito a tope, y veo que detrás se pone una chica joven, de una edad que no podría precisaros, pero que calculo entre los 14 y 18 años. Como veo que sólo lleva dos cosas, le pregunto con amabilidad que si quiere pasar delante. ¿Para qué, Dios mío? ¿Podéis creeros que me puso cara de asco y me escupió un "No, no hace falta", que me dejó de piedra?... Sólo le faltó gritarme "Machista". Como decía Cela, ¡Manda Carallo! Sólo estaba siendo amable y educado, nada más. No sé qué oculta trampa pensó la chica que habría. A ver si va a ser machista ceder el puesto en la cola del mercado a alguien. Porque también lo hice el otro día con un chico, que muy alegre avanzó y me dio las gracias. O deja